"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
domingo, 8 de mayo de 2016
Cuando se le concedió el deseo que tantas veces había rogado a todos
sus dioses, sufrió tal ataque de pánico que intentó estrangular al genio de la
lámpara. Murió de infarto cobarde y terminante. Nunca hay flores en su tumba.
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