Las leyes tienen que nacer impuras para que sean capaces de dirimir los
turbios, a menudo impresentables, conflictos de los hombres.
Los muros se construyen con la sangre de los vencidos, y hay millones
de personas que ya nacen vencidas.
La paciencia deja de ser una virtud cuando permites que te jodan sin
acariciarte previamente.
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