"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
domingo, 25 de octubre de 2015
Me moriré sin ser un espía astuto, intrépido y bien abrigado viajando
en uno de los vagones del mítico Transiberiano tras haber robado documentos celosamente
guardados por el viejo, acabado, bilioso y repulsivo Rasputín.
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