El ruido y el humo, consustanciales a la política de bajo vuelo. También
los ríos revueltos, ganancia de pescadores tramposos.
Prudencia a la hora de mostrar mi modesta erudición, ese traje hecho a
la medida de otros: no quiero quedar en ridículo estrepitosamente, y menos ante
la gente que quiero y me quiere. Sé que a Platón hay que susurrarlo, no citarlo
cual fuego de artificio a discreción.
Quizá acabemos en otro Big Bang, quizá nuestro planeta explote por
falta de sitio para acumular tanta tontuna innecesaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario