Desde donde estoy leyendo los Articuentos de Juan José Millás puedo ver
a unos muchachos lanzándose al mar desde unas rocas que se encuentran a una
altura más que respetable. Es un comportamiento peligroso, propio de jóvenes.
Pienso que "La juventud y la muerte" podría ser el título de un
ensayo. Cuando uno es joven se siente eterno, e ignora (bendita ignorancia) ese
hecho incontestable que es la muerte. Cerca de los chicos temerarios y felices,
hay un yate precioso y carísimo. En la popa veo a una pareja en actitud de
acaramelamiento camino del incendio sexual. (Los chicos jalean el
comportamiento de la pareja.) De lo que veo a lo que imagino, hay un paso, que
doy de inmediato. Me imagino en el yate con una preciosa morena complaciente.
Ya sé que confesar estas cosas no es políticamente correcto, mea culpa, pero
esta tarde no doy para cosas más profundas.
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