Quienes desean ser libres creen en la libertad sin paternalismos bastardos; actúan libremente y después asumen las consecuencias de sus actos sin quejarse. Si
usted se mete en el mar cuando las olas rugen amenazadoras las pasará putas
para volver a la arena, e incluso se ahogará sin más, y el mundo seguirá
girando, atroz e insensible. Pedir imposibles a la vida es muy peligroso, pero
si se los pedimos, después hay que apechugar. Si una señorita con apetecibles tetas se
interna entre una multitud de energúmenos borrachos y en un momento de máxima euforia
etílica estos elementos la soban entera, puede reclamar ante las
autoridades, evidentemente, pero cuando esté en su pueblo de origen, si tiene
dos dedos de frente, esta señorita se preguntará, ¿es extraño que unos energúmenos, haciendo
honor a su nombre, se comporten como tales? Las probabilidades de que un atajo
de energúmenos borrachos te magreen a su antojo, querida mía, son altísimas. Lo
mismo pienso con respecto a los que corren delante de los toros: si te pilla,
querido amigo, debes aguantar sin rechistar, como los buenos. Tipo duro.
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