La inmigración hay que atajarla en su origen. Si una persona, huyendo
de la guerra en Siria, llega a Melilla, debemos ayudarla, ciertamente, pero el problema no
debe enfocarse en Melilla, sino en Siria, que es el origen del desastre. Todo
lo demás es desvergüenza por parte de la UE, chapuza por parte de Jorge
Fernández Díaz, demagogia circense e hipocresía sin cuento. No olvidemos que estos
“muchachos atléticos” no suelen llegar a Suecia…
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