jueves, 31 de diciembre de 2015

El mundo es la ruleta en la que hacen juego las preguntas que tensionan nuestros corazones. Si eres de los que tiran las fichas a la primera chulería de la banca, o de los que miran el escote a la crupier por falta de valor para mirarla a los ojos, no te quiero a mi lado. Ve a hacerte trampas al solitario al parking, o multiplícate por cero.  
Aunque pertenezco a una cultura que ordena el tiempo de forma lineal y finalista, yo lo siento como un círculo. Lo cual quiere decir que todo se repite, pero con matices, máscaras y disfraces: al tiempo le encanta el carnaval… FELIZ 2016. 

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Claro que he visto a una persona fuerte ayudar a otra débil. Muchas veces. También he visto, y no menos veces, que la débil ha sido indispensable para la fuerte cuando esta ha sufrido vahídos traicioneros. ¿Y qué ocurre entre dos débiles? Pues que no les queda otra que intercambiar resentimiento, lágrimas, risas histéricas, besos desesperados, mordiscos, puñales o nudos corredizos. Dos débiles no forjan un fuerte, aunque juntos sean menos débiles… Y después de todas estas conjeturas, reconozco que no he conocido a nadie permanentemente débil ni incansablemente fuerte. Otra cuestión interesante para repensar y mantenerme en forma.  
Aún soy optimista; pero ya no soy aquel muchacho incombustible que buscaba el Sur cada noche. 

martes, 29 de diciembre de 2015

Cuando el filósofo levanta la mano para preguntar, el verdugo le corta la cabeza, que es donde husmea que está el peligro.
Prefiero mi filo de la navaja a tu autopista hacia el cielo. 
Afortunadamente mis erecciones no se deciden por elecciones carísimas y prefabricadas en televisiones independientes de no sé qué. Siento escalofríos con sólo imaginar a mi “candidato”, sincero, sincero, sincero, masturbado suciamente en estadísticas de pago, o alcanzando un sucio escaño en donde se vea obligado a participar en broncas orgías parlamentarias.



No me perdonan haber defraudado las esperanzas que depositaron en mí sin consultarme. 
Cada día más austero, más esencial, ¿más libre?, menos espejo de todo lo que no me importa, más yo aunque no le importe a nadie, más tú que sé que me quieres tal y como soy. 

lunes, 28 de diciembre de 2015

Si queréis comprobar lo vanidosos y gilipollas que podemos llegar a ser, visitad un cementerio. 
Uno de mis pasatiempos favoritos cuando viajo en autobús es ceder el asiento a las viceversas y a los viceversos. Ellas me sonríen como si yo fuera del siglo XVI, aunque no sepan números romanos, que no saben, ni del siglo XVI, que tampoco, y se sientan; ellos me miran guasones y permanecen en pie (algunos me perdonan la vida con su mirada bovina), y yo echo de menos no poder fumar, para echarles el humo en la cara, como mi admirado Bogart. 
La contradicción es inherente al ser humano, y la máscara. 
CREDO

Creo en la soledad y en el silencio.
Creo en las distancias cortas (yo me ducho todos los días),
y en las manos largas si hay piel en el horizonte.
Creo en la amistad si corre el aire,
en las buenas intenciones con cuidado e inteligencia,
en las medallas que otorga el tiempo,
que, paradójicamente, brillan por su ausencia.
Creo en ti, que me amaste tanto y a pesar de mí
que, niñato de mierda, no supe amarte. Perdón.
Creo en la cerveza y sus risas colaterales.   
Creo en la lealtad y sus ladridos elocuentes.
Creo en los libros que nunca se me caen de las manos,
aunque vuelva a ellos una y otra vez. Bendito seas, amigo Monterroso.
Creo en las armas contra los que quieren matar las letras.
Creo en el poder que ama sus límites y
en los políticos que no hacen ruido ni se empeñan en salvarme.
Creo en mi sobrino Saúl, insaciable de vida y de preguntas.  
Creo en las mujeres que se miran al espejo y sonríen
pícaras y enigmáticamente desnudas.
Creo en la turbia realidad y sus matices antes que en la verdad,   
a menudo gélida, distante, afilada e inservible.
Creo en ti que me saludas por la calle aunque no sepas mi nombre.

Gracias. 

domingo, 27 de diciembre de 2015

Sin alas, los ángeles pierden mucho: el algodón engaña... 
La belleza está en el interior, pero es que paro poco en mí. 
Una tozuda superstición muy aplaudida por perezosos mentales: confundir avance tecnológico con progreso humano.  
Uno de los misterios que la ciencia no debiera desvelar es que un entramado aséptico y neuronal produzca una palabra bellísima e imprescindible. 
La solidaridad, si no la atamos en corto, pronto se convierte en tinglado maloliente, pirotecnia verbal para embaucar a incautos y ombliguismo izquierdoso de sacristía para pobres descarriados.  
Sobrevivir no es bueno ni malo. Las cucarachas lo llevan haciendo desde hace millones de años. 
Escribir es la forma más noble de pagar nuestras deudas con la vida.  
En arte, el artista es prescindible hasta que el tiempo no demuestre lo contrario. 
Saber demasiado sólo me complica la vida cuando me conformo con saber tan poco. 
Inserto el “yo”, poliedro fascinante, en la reflexión, para que quede claro que no soy un oráculo con ranura “Insert Coin”.  

sábado, 26 de diciembre de 2015

Mis verdades son subjetivas, precarias y sin aspavientos. Sin ir más lejos, una de ellas es esta experiencia imprescindible: tú y yo, desnudos, encendidos, besándonos de espaldas al viento y a la lluvia, que, ahí afuera, pelean cual navajeros alucinados por la noche. 

viernes, 25 de diciembre de 2015

¿Por qué se repite este fenómeno? Decimos que alguien “sabe” cuando nos da la razón, o al menos no nos lleva la contraria…  Atendedme, jóvenes tuiteros, teclead esta reflexión tan “viceversa” y molona: “Si me das la razón, es que sabes; si no me la das, te harán una visita mis colegas del botellón, tío listo”.  
Era tan buena persona que quiero pensar que la muerte irrumpió en su vida para impedirle degradarse más.
Desconfío de los revolucionarios que me ocultan lo que desean conservar. 
La hora de la verdad no la puede medir ningún reloj. Tampoco los momentos decisivos, ni las cenagosas tardes de domingo. 
Quiere obligar al mundo entero a ir al dentista. ¿Por qué? Porque a él le duelen las muelas. 
No deis crédito a los resentidos que simplifican la vida hasta el extremo de desear que llegue el día ¡paradisíaco! en que poseamos la “nobleza” de los animales. Sólo los seres humanos podemos ser nobles o miserables, porque podemos elegir… Los animales son como son, manifestaciones de la Naturaleza. Los seres humanos somos animales simbólicos y creativos, para bien y para mal. Yo quiero mucho a mi gato, de hecho es de la familia, pero mi sobrino está aprendiendo a leer. 
El deporte nacional no es el fútbol; es quejarnos después de dejarnos engañar. O entrematarnos...
No sé si el amor es ciego; sé que no quiero amar con una venda en los ojos. 

jueves, 24 de diciembre de 2015

Tenemos más cosas de las que necesitamos para ser felices. No es extraño que nos hayamos pasado la parada de la felicidad.  
Me gusta cuando callas para tomar aire,
no porque parezcas ausente,
¡qué va!,
sino porque al fin puedo decir algo
en esto que sólo tú llamas conversación. 
Cuando me informa: “Yo he aprendido mucho de los que saben”, sé que lo que me está dando a entender es que yo puedo aprender de él, que ya sabe. Y no lo sé teóricamente, sino por experiencia: Yo también soy así de imbécil en cuanto me descuido y me pierdo el respeto. 


Una de las características del yo es que tiende a amurallarse de verdades, y luego se queja.  
Tengo comprobado que las personas que me aseguran ¡sinceramente! poseer un yo sencillísimo y accesible a más no poder tienden irremediablemente al yoismo repelente.  
Tiene un oído finísimo para detectar disonancias en el yo de los demás, y sin estudiar música, que tiene más mérito. Vamos, según he oído.  
La democracia no se aprende visitando el Congreso, sino en casa.
Si tienes una opinión excesivamente buena de ti, tropezarás, tropezarás, tropezarás…, contigo mismo.

miércoles, 23 de diciembre de 2015


Todo es importante; nada es importante.
Vivo con una sonrisa incansable y combativa;
espero morir sin molestar a nadie.
Mañana volverá a salir el sol…
En esencia el fanático es un impaciente que tiende a ponerlo todo perdido de sangre.  

martes, 22 de diciembre de 2015

La izquierda tiene que aprender de una puta vez que sólo cuenta con la honradez y inteligencia creadora, si es que las tiene, porque el dinero, el dinero como fuente de poder, lo tiene la derecha. Estamos muy atentos, prudentes, pero sin perder la esperanza.
Yo siento que el optimismo es un síntoma de higiene mental. Claro que yo no tengo un alma agorera, si es que tengo alma; lo cual no quiere decir que si no la tuviera, yo me creyera reducido, condenado, a la condición de un miserable desalmado. Tampoco hay que sacar las cosas de quicio. 
UTOPIA


A la hora de sentarse a dialogar, olvídese la derecha de su sentimiento patrimonial de ¡España! y la izquierda de su sectarismo profético infalible. Asuman ambas partes, verdadero y enquistado bipartidismo nacional, que somos de carne y hueso, no cobayas de laboratorio estadístico. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

No saber decir NO a tiempo puede llevarnos a explotar en la cara de quien no se lo merece. 
¡Cuántas cosas no sabemos bien porque nos atañen demasiado!
Si algo tengo de pensador, no es mi inteligencia, indudablemente, sino mi obsesión tozuda y recurrente con respecto a determinadas cuestiones esenciales. ¿Por ejemplo? La convivencia… 
Ya sé que soy un desvergonzado y un cabronazo, y mucho más al escribirlo, y que los biempensantes me condenarán sin apelación posible. Lo sé, lo sé, pero es mi experiencia: ser injusto a sabiendas, de vez en cuando, con alguien que no me importa, me limpia, e incluso vigoriza. 
La alegría es la única forma benévola de endiosamiento. 
Sensación disparatada y agradabilísima: en un día hermoso me siento invulnerable. 

domingo, 20 de diciembre de 2015

Hay gente que se dice muy de izquierdas, muy de izquierdas, y que aún no se ha enterado de que tiene un carácter fascista. Y ya sabemos que lo importante es el carácter, porque todo lo demás es envoltorio más o menos conseguido. Aplíquese esto mismo a tantos y tantos “moderados” de centro no sé qué y tal y tal.  
Una delirante superstición, propia de una sociedad mimada y quejica, es creer que podemos hacer lo que queramos porque seguro que la medicina acabará curándonos. Pues no es así, mequetrefe irresponsable. No tienes derecho a que papá Estado te saque las castañas del fuego hagas lo que hagas, aunque te las saque una y otra vez.  
A menudo la utopía no es más una esperanza manipulada vilmente. 

sábado, 19 de diciembre de 2015

Cree que tengo razón porque es incapaz de rebatir mis argumentos. 
Sí, ahora caigo, hay algo que nos diferencia del resto de animales: nosotros nos degradamos, y degradamos nuestra circunstancia, voluntariamente.  

viernes, 18 de diciembre de 2015

El sentimiento de humanidad compartida, verdadera fraternidad que ningún tirano ha conseguido quebrar definitivamente, también se manifiesta cuando somos conscientes de que ese degenerado que tenemos delante podríamos ser tú o yo, o los dos.  
El camino del exceso, que tanto me enseñó de mí durante una temporada no siempre infernal, está contraindicado para aquellos que no saben perder la compostura. 
Una paradoja vivificante: leer a los clásicos, cada cual tiene los suyos, me rejuvenece. 
Con tal de no ser olvidadas del todo, las viejas glorias, ya sean boxísticas o literarias, se prestan a loar babosamente a boxeadores o escritores que viven su minuto de gloria en el “candelabro”, que dijo aquella fulana de revistas de entrepierna.  
Con las opiniones pasa como con los culos, muchísimas merecen una patada sin contemplaciones.
Terrible sensación de que hemos matado tanto para sobrevivir, que más que en supervivientes, nos hemos convertido en asesinos irremediables.
Las frases de los locos, tan fecundas, siempre y cuando no las coreemos. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La vida, delirio en marcha, no es seria. ¿Cómo va ser serlo, si la última palabra la tiene un tipo que piensa en trienios económicos, el sepulturero, y que sólo abre la boca para pedir tabaco?
Mis reflexiones se detienen un paso antes de perder pie. Yo no pienso para amargarme la vida.  
Mi imaginación es incontrolable y prolífica, de ahí que no pueda olvidarte. Te recreo constantemente, incapaz de huir de los tú que yo me forjo.


La vida hay que afrontarla de soslayo, no de frente, y sin bajar la guardia frente a las no tan engañosas apariencias.
¿Certezas? Soy un accidente que acabará en siniestro total. 
Me sienta muy bien ser hereje de mis verdades de vez en cuando. 

lunes, 14 de diciembre de 2015

Tengo reconocida una minusvalía de 68%. Durante tres de los cinco años que estuve en diálisis me pagaron una prestación de 400 euros por aquello de que es difícil que un empresario te contrate si llegas diciéndole que vas a tener que faltar “sin más riñones” tres tardes a la semana. Hace unos meses me quitaron dicha prestación millonaria, y su correspondiente tarjeta black, claro, no porque ya no me sea reconocido el mismo porcentaje de minusvalía, sino porque NO HAY RECURSOS.
Los eufemismos los carga el diablo, en tanto en cuanto su abuso suele agravar aquello que pretende atenuar. 
Si crees que no obtienes el éxito que mereces, recuerda que el mundo es un fracaso estrepitoso en muchísimos aspectos. 
Todos los bárbaros son desagradecidos. 
Tiene la manía de desarticular obsesiva y minuciosamente las ideas que lo ayudan a vivir, o al menos a soportarse diariamente, sonriendo cuando menos se lo espera. Sin embargo me confiesa que está convencido de que el suicidio es una estupidez propia de cobardes. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

Os voy a pedir un favor, futuras madres: No aconsejéis a vuestros hijos, como nos aconsejaron a nosotros: “No te dejes dominar por “esa”. No dejes que te convierta en un pelele”. Con que los queráis mucho, muchísimo, y con inteligencia, será suficiente. El resto es cosa del azar, ese dios omnipotente, el único en el que yo creo, aunque no le rece.  
Tú no te atreves a besarla; ella se queda sin el beso que no se ha atrevido a pedirte. Doy fe de que así es como empiezan a quererse dos tímidos irremediables. 
Es imprudente prometer fidelidad, salga el sol por donde salga, a nuestra pareja. Yo no lo hago, porque ¿de dónde voy a sacar fuerzas para hurtar mi cuerpo no serrano a un guiño de Charlize Theron? No, cielo, no. No puedo prometerte tanto…
Si habéis sentido que la vida va por libre, al margen de todas vuestras construcciones intelectuales y de vuestras esperanzas en carne viva, no creáis que estáis solos: Yo he sentido lo mismo infinidad de veces. 

sábado, 12 de diciembre de 2015

No ha entendido eso de que la inteligencia es el arma más eficaz, y va por el mundo dando topazos…
Yo siempre voy con Numancia, hasta el punto de que si Numancia se convierte en Roma, yo voy con la nueva Numancia. Y así hasta el infinito...
Más que auténtico, soy una auténtica contradicción en marcha... 
Homenajes inolvidables para nuestro ego, que al igual que el Universo, se expande inexorablemente…
No me hagáis caso, pero siento que Albert Rivera es la reencarnación de José Antonio Primo de Rivera, aunque no exista consanguinidad...
Cuántas veces me lo ha demostrado la vida: Cuanto más te quieres, más te quieren, incluso aquellos que te odian… Y lo increíble es ver a muchos que llegan a quererse tantísimo, que acaban idolatrados por personas aparentemente inteligentes. 
Me ha ocurrido muchas veces: Alguien que ni es mi amigo ni sabe qué hacer con su tiempo, me ve leyendo, y “piensa” que leo porque me aburro o porque estoy solo… De ahí a molestarme (¡sí, me molesta, joder!) haciendo algún comentario, generalmente meteorológico, aunque estemos bajo techo, con el objetivo de iniciar una conversación que yo no le he pedido, hay un paso. Y es entonces cuando yo, viéndolo venir, le aseguro que es precisamente porque estoy leyendo por lo que no me aburro ni me siento solo…
Mala hierba condecorada...

viernes, 11 de diciembre de 2015

jueves, 10 de diciembre de 2015

El Tiempo, esa celda sin paredes ni barrotes… 
El dependiente chino me mira fijamente, sin pestañear. Ayer le robaron tres veces en un abrir y cerrar de ojos.
Debemos a aprender a hacer las caricias justas, ni una más ni una menos, para no quedarnos con cara de imbéciles y las manos en carne viva.   
Cuando se emborracha, grita a sus colegas de juerga: ¡Puedo pasar de vosotros, perdedores de mierda!
EN BUENA COMPAÑÍA

Me gusta escuchar a los que saben,
Bucear en sus silencios,
Respirar en sus perplejidades.
Me gusta escuchar a quienes me hacen
Mejor persona con sus sabias palabras,

Mientras saboreo un buen café.
El sofista, orgulloso de su tramposa quincalla; el pensador, prudente ante sus sugerentes hallazgos.
La venganza es tan inútil como tratar de calmar el odio que nos posee dándonos mordiscos. 
Los políticos ostentan la indecencia de asegurarnos que son como nosotros, porque llevan las mismas cadenas que nosotros, o incluso más.
Te confieso que esta noche no voy a soñar contigo. Haz tú lo mismo: sueña con otro apasionadamente, que en la variedad está el gusto. 

miércoles, 9 de diciembre de 2015

La esperanza huye del abrigo del pobre para no morir de frío.  
Hay gente convencida de que es pacífica, y sólo es cobarde. 
Yo procuro quererme inteligentemente, así no me pierdo de vista demasiado tiempo. 
El amor sin inteligencia perjudica seriamente la salud, sobre todo mental. 
El aire libre de la vida, infinitamente preferible a cualquier máscara. 
Tras comandar el ejército que ha aplastado la desesperada rebelión de los sin nada, más romántica que peligrosa, contempla, melancólico, el horizonte. ¿Y ahora qué?, se pregunta en voz baja. Y como respuesta, que él no ha pedido, ni siquiera a sí mismo, siente en el cogote la sonrisa de hiena de su lugarteniente. 

martes, 8 de diciembre de 2015

Pienso; luego no siempre existo. A veces sólo soy un bulto de paso hacia ninguna parte.  
Gran sinsentido de Estado de todos los eminentes charlatanes del debate ¡decisivorrr! Desprecio descarado por la cultura de verdad, la cultura como contrapoder necesario, liberador e insobornable… Yo tengo ocho apellidos aproximadamente cartagineses, ¿qué pasa?, y se llevan tan bien, que me dejan en paz. Antes de mencionar a Camus, lavaos la boca, hijos de puta. Y faltó un hombre bueno: Alberto Garzón. 
En la jeta beatífica del joven predestinado para no sé qué misión trascendental e imprescindible (¡Y yo sin enterarme!), que me ha querido salvar de mí y de mi circunstancia pecadora esta misma tarde (¡Y el sol dándolo todo!) he apreciado problemas de erección nada celestiales.


Somos palabras encarnadas. 
Es todo una arte matar avispas en un charco sin salpicarte. 
Nos hacemos, y nos hacen, una composición narrativa, un relato, de los hechos y de los datos (sí, también de los datos) que nos encontramos por la vida. 
Anoche te vi por detrás… Ahora comprendo perfectamente tu soberbia y mala leche reconcentradas. Con qué arte (jajaja) cruzabas los brazos para intentar tapar tu objetivo lleno de datos, datos, datos… ¡Eres tan lista y elegante! 

lunes, 7 de diciembre de 2015

Almas sin enmienda enviciadas en los remordimientos.
Soy todas esas cosas, situaciones, caricias, medallas, personas de las que ya no puedo prescindir. 
El maestro que desea volver a ser aprendiz entusiasmado, pero sus discípulos lo importunan permanentemente…

domingo, 6 de diciembre de 2015

Aporrea con furia las teclas del onírico piano, como si te echase en cara su ineptitud para acariciarlas melodiosamente. 
Dejé a Caperucita por imposible cuando me di cuenta de que no sólo no iba a aprender en su vida, sino que iba acabar enamorándose del lobo y perdonando sus continuos zarpazos. 
Los tontos son incansables, de ahí que sean insufribles… Bienaventurados los que saben verlos venir. No es nada fácil: viven agazapados en las esquinas, como atracadores de nuestro tiempo.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Es tan “sentío” que está incapacitado para reflexionar. Ante cualquier problema se le llenan los ojos de lágrimas; y la nariz, de mocos.  
Una de nuestras supersticiones más impresentables es creer que si te mueres sin leer la última novedad literaria, te mueres tonto irremediable.
Lo veo en librerías de viejo y en ferias del libro, cada vez más caras, junto a la última chorrada editorial imprescindible… Llevo conmigo una edición de bolsillo de Pedro Páramo, historia durísima y bellísima, con mis huellas dactilares impresas a fuego lento en inhabitables tardes de domingo. Una de nuestras supersticiones más impresentables es creer que si te mueres sin leer la última novedad literaria, te mueres tonto irremediable. 
La avaricia, o rompe el saco, o saca adelante una industria armamentista ubicua, sideralmillonaria y todopoderosa.


Con toda la rabia que han ido acumulando sus antepasados por falta del valor necesario para levantarse en armas y decapitar al patrón, él ha fundado una secta ideológica y su correspondiente  credo de corderos consecuentes que van al matadero dando gracias al dios de los humillados. 
Mis amigos me siguen dando la mano sin lavársela previamente. 
La alegría es la vida abriéndose paso en nosotros, pese a todo. 

viernes, 4 de diciembre de 2015

Todo se reduce a infecto reality show, incluidos los políticos y la política. Hoy en día, Jesús de Nazaret iría a Sálvame DeLuxe a contar intimidades de su Padre (“perdóname, porque he caído en la tentación”) y de María Magdalena (“no tienes perdón, tía guarra”). 
A menudo el nosotros incluye el yo, es decir, te incluye y me incluye. Esto es algo que niegan furiosamente los Elegidos para no sé qué misión purísima, que aseguran vivir a salvo de la realidad, esa turbia y turbulenta evidencia. Con su pan consagrado se lo coman, siempre que no nos pasen la cuenta… 
Sus alabanzas de libros que no ha leído, ni leerá jamás, pero que está convencido que DEBEN ser leídos. 

jueves, 3 de diciembre de 2015

Es tan valiente que se inventa interlocutores más inteligentes que él; y cuánto aprende de sí mismo debatiendo con ellos.  
El amor platónico está lleno de humedades.
Lo importante no son los hechos, sino su conversión en relato. Para ello contamos con nuestra imaginación y con un diccionario emocional.
No puedo ser amigo de alguien que confunde sinceridad con grosería. 
A menudo el desorden político se produce mientras que el orden establecido se despereza, dispone nuevamente sus articulaciones para triturar revoltosos, no pocas veces bien cebados…


Mi confianza en el lenguaje corporal es compatible con mi pasión por la literatura. Si un tipo me da la mano sin mirarme a la cara me da mala espina: no soy tan feo…
El vanidoso raramente está dispuesto a morir por las ideas que profesa, y mucho menos en privado, sin periolistos que lo inmortalicen dándolo todo… Otra cosa es que se descuide mirándose el ombligo, y el inquisidor de guardia (¡siempre hay uno!) le ponga encima su mano de acero y lo triture en off. 
A menudo la revuelta política no es más que el orden desperezándose, disponiendo nuevamente sus articulaciones para triturar revoltosos bien cebados…

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿La Bolsa o la vida? Y el bróker optó por vivir enBolsado y vociferando.
Recuerda que preferir es previo a elegir, aunque tus  preferencias no figuren entre lo que la vida te da a elegir. 
La ironía zarandea lo sagrado, y lo humaniza…
¡Por fin tiene entre las manos la cabeza cortada de su héroe televisivo favorito! Lo estuvo aplaudiendo fervorosamente hasta ayer mismo...

martes, 1 de diciembre de 2015

“Vivas” en vez de argumentos. ¡Y cómo le aplauden sus votantes!
La consigna es como una moneda; y no olvidemos que para aceptar una moneda, basta con abrir la mano, o permitir dócilmente, y hasta con ilusión, que nos la abran. La consigna es lo contrario de la reflexión.
Las sacrosantas Rebajas forman un campo de gravitación comercial  que tiende a rebajar al ciudadano a la condición de consumidor baboso y bienaventurado. ¿O es el ciudadano quien se rebaja voluntariamente a consumidor entusiasmado de la buena nueva en oferta? Ten cuidado: si vas a comprar una camisa “me la arrancan de las manos”, puedes salir con camisa de fuerza…
Una de las ironías de la muerte es que la guerra no se puede ver sólo desde un punto de vista militar. 
Interpretamos la realidad, turbio fenómeno vital, como nos conviene, o como conviene a otros convencidos, y que nos convencen, de que saben lo que nos conviene; interpretamos la realidad a bases de simplificaciones mezquinas, de relatos planos y sin aristas, que nos dejan en buen lugar, a salvo de errores, dudas y contracciones, tan impertinentes a la hora de conciliar el sueño de los justos.