martes, 8 de abril de 2014

EL RECIPIENTE

Lo primero es ser de fiar. Luego, a mucha distancia, vienen las ideas, la fe, y todo aquello que nuestra precaria inteligencia lleva inventando durante millones de años para tener algo a lo que agarrarnos cuando el viento arrecia. Pero lo primordial, insisto, es que se pueda confiar en ti.


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