Felicidades, Saúl
UN HÉROE FUERA DEL AGUA
Los niños lo besan, lo abrazan, lo zarandean, le dan varias patadas en las espinillas y algún que otro puñetazo en el estómago. “Qué pena que no tenga orejas”, piensa una de estas criaturitas mordiéndose las uñas… Bob Esponja mantiene una sonrisa imperturbable: la hipoteca de la piña no se paga sola.
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