lunes, 13 de abril de 2015

Esta mañana, mientras esperaba el ascensor para ir a la consulta de trasplante de riñón, un preso se ha situado a mi lado, esposado y custodiado por dos guardias civiles. Tras esperar apenas diez segundos, ha preguntado: ¿Por qué no bajamos por las escaleras y así estiramos un poco las piernas? Uno de los agentes le ha contestado rotundamente: No, que nos llevas cordones, y si te caes, se nos cae el pelo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario