viernes, 23 de octubre de 2015

Al final de la barra sabia y encajadora de lágrimas hay un tipo silencioso y mustio bebiendo ron. He oído decir que ha domiciliado su vida en este antro turbio y pegajoso. Creo que no está tan loco como cuentan. No viene mal tener un sitio donde caerte muerto cuando has perdido pie irrevocablemente.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario