sábado, 14 de noviembre de 2015

Hace muchos años tuve la suerte de conocer a un librero de verdad, que me fue sugiriendo, paciente e inteligentemente, la lectura de ciertos autores. Gracias a este hombre, sin el cual yo sería una persona peor, conocí a Montaigne, a Pessoa, a Voltaire… Vuelvo a ellos cada vez que el suelo tiembla bajo mis zapatos. 

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