Sólo podemos infligir daño voluntaria e impunemente (de esto último, no
estoy seguro) a personas que están convencidas (las razones son múltiples,
turbias, complejas y no siempre reales) de que no pueden hacernos frente y
hasta de que nos necesitan para respirar… También podemos dañar
involuntariamente a estas mismas personas supuestamente desvalidas, ¡ay!, y ser
igualmente devastadores. O más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario