martes, 22 de enero de 2013


Estoy harto de esos que hablan de la picaresca española para compararla con la corrupción política establecida. La diferencia es que el pícaro es un pobre desgraciado que hace lo que puede para sobrevivir, mientras que el corrupto gubernamental, teniéndolo todo, nos quiere quitar a los demás lo poco que tenemos.

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