jueves, 6 de noviembre de 2014

Una de las características del capitalismo es su diabólico poder para convencer a la gente de que tiene derecho, por ejemplo, a practicar la espeleología, de la noche a la mañana, sin tener ni puta idea, por el solo hecho de que tiene el poder adquisitivo necesario para comprar el equipo de espeleólogo. Luego vienen los llantos. 

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