"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
martes, 6 de agosto de 2013
EL ENVIDIOSO
Cuando se enteró de que su vecino había perdido un testículo en un
accidente doméstico, cogió el cuchillo jamonero, y, en un ataque de insuperable
envidia, se castró.
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