Me niego a que vean la vida por mí… Hace años asistí con unos amigos a
una corrida de toros (José Tomás); pero no voy a entrar a valorar los
pormenores de tan sangriento espectáculo. Sí quiero reseñar que cuando oigo
hablar del mundo del toreo (criticándolo o defendiéndolo), pienso en José María de Cossío, autor de “Los Toros. Tratado técnico e histórico”,
más conocido como “El Cossío”; pienso que las verdades de la vida siempre se
presentan turbias; pienso en este hombre, uno de los más civilizados que ha
habido en España, intercediendo ante Franco por el desvalido Miguel Hernández; pienso
que el genio de Orihuela colaboró con Cossío en su monumental obra sobre la
tauromaquia; y me parto de risa viendo cómo se rasgan las vestiduras los
biempensantes, indignados ante estas jugosas paradojas de la vida…
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