Los dirigentes del PP se masturban viendo las imágenes del 23 F. Si
esta afirmación parece desproporcionada, obsérvese que, a la más mínima
ocasión, los mandamases del PP muestran que la única política en la que creen
es la del ordeno y mando. La última manifestación de esta índole procede de la impresentable
Ana Botella: hay que “regular” el derecho de huelga. Dicho en castellano cabal:
hay que reducirlo a su mínima expresión. Y lo escupe ataviada con el carísimo abrigo
de visón que utiliza para supervisar el trabajo a pie de calle.
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