Siempre que trato de escribir cosas extraordinarias, acabo vomitando
sobre el folio en blanco.
Qué libre me siento cuando quebranto deberes ineludibles inventados por
mí mismo.
El don de gentes está directamente relacionado con el número de rondas
que pagas a los coleguitas.
Ser pobre tiene una ventaja inestimable: lees y relees, entusiasmado,
los libros que adquieres con tanto sacrificio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario