jueves, 26 de noviembre de 2015

Confunde clásico con superado.

La vida nos concede lo que quiere, no lo que le pedimos. Es su forma irónica e intratable de comunicarnos que no merecemos muchas de las cosas, personas o vivencias que le pedimos, bien porque no las merecemos sin más, bien porque sólo sabemos pedir con la boca pequeña…

Los dolores que condecoran a la juventud son diferentes de los que condecoran a la vejez.



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