Tanto en las verdades superficiales como en las profundas, sus
contrarios son imprescindibles, aunque sean falsos.
"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
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