CARTA AL OLIMPO LITERARIO DE FACEBOOK
A ver si consigo explicarme correctamente, porque parece ser que
últimamente estoy algo espeso. Yo escribo este blog porque me hace sentir bien expresar
mis pensamientos. No pretendo abrir una nueva página gloriosa en la literatura
universal. No entro en polémicas literarias, en las que generalmente suele
haber más vanidad que literatura. Si a alguien no le gusta el contenido de las reflexiones
y aforismos que salen de mi pobre cabeza de simple mortal, no pasa
absolutamente nada: el planeta sigue girando igualmente. Si es mi estilo lo que
repele, estamos en la misma situación: el planeta continúa girando sin
alterarse lo más mínimo por tan insignificante discrepancia literaria entre los
ácaros humanos. Yo escribo como buenamente puedo. No soy un filósofo. Soy un
aficionado que ama la literatura. Ni más ni menos. Si no le gusta lo que escribo,
con dejar de leerlo, asunto arreglado (ojalá que todo tuviera tan fácil solución).
Es por todo ello, que ruego a los infalibles
dioses literarios de Facebook que sean compasivos conmigo, y no me lapiden a
la menor ocasión, aunque la lapidación sea virtual. Yo no tengo culpa de que
tengan un estómago tan exquisito. Por cierto, también me gusta leer. Ya ven que
lo mío no tiene arreglo. Que tengan un buen día.
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