sábado, 2 de noviembre de 2013

LA LIMOSNA DEL DIABLO

Tras asistir a otra rutinaria sesión de misa, oficiada por un funcionario de la fe católica bien alimentado, se siente nuevamente inmaculado y puro. Entonces, como tantas otras veces, saca de un bolsillo interior de su flamante americana su monedero carísimo de cuero repujado, regalo de su devota esposa, lo abre, y, con dos dedos escrupulosos en forma de precisas pinzas, extrae siete asquerosas monedas de 1 céntimo, guardadas con bienaventurada paciencia para tan piadoso fin, y las deposita en el recipiente en el que el desgraciado que prácticamente vive a la puertas del templo recoge la caridad de las personas de orden y buena conciencia caritativa.

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