martes, 29 de diciembre de 2015

Afortunadamente mis erecciones no se deciden por elecciones carísimas y prefabricadas en televisiones independientes de no sé qué. Siento escalofríos con sólo imaginar a mi “candidato”, sincero, sincero, sincero, masturbado suciamente en estadísticas de pago, o alcanzando un sucio escaño en donde se vea obligado a participar en broncas orgías parlamentarias.



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