domingo, 21 de agosto de 2016

El imán de la mezquita de mi barrio no me come la cabeza. ¡Qué suerte no ser de hierro!

1 comentario:

  1. Suerte..., no estar en las mezquitas oyendo a los imanes ni en las iglesias escuchando a los clérigos (¡hay que ser de hierro para aguantar tanta hipocresía!).

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