¿Con tal de acabar con este orden político-institucional injusto, vale
todo? ¿Por dónde empezar?, ¿por dónde continuar?, ¿por dónde finalizar? ¿Existe
algo que no deba ser arrasado? ¿No hay justos en esta Sodoma de chanchullos
entre amiguetes desvergonzados? ¿No hay nada que merezca salvarse de las
llamas supuestamente purificadoras? Y después de las hogueras, ¿qué?... ¿Son
sólidos los cimientos de un edificio construido sobre brasas? Serenidad y
creatividad política, mucha serenidad y mucha creatividad política es lo que yo
creo que necesitamos.
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