miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Con tal de acabar con este orden político-institucional injusto, vale todo? ¿Por dónde empezar?, ¿por dónde continuar?, ¿por dónde finalizar? ¿Existe algo que no deba ser arrasado? ¿No hay justos en esta Sodoma de chanchullos entre amiguetes desvergonzados? ¿No hay nada que merezca salvarse de las llamas supuestamente purificadoras? Y después de las hogueras, ¿qué?... ¿Son sólidos los cimientos de un edificio construido sobre brasas? Serenidad y creatividad política, mucha serenidad y mucha creatividad política es lo que yo creo que necesitamos.

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