Durante el año 2.013 las sacrosantas compañías eléctricas cortaron la
luz a más de un millón de familias. Mariano Rajoy no movió un dedo para
evitarlo (las elecciones de 2.105
quedaban muy lejos), aun sabiendo que se trataba de deudores de buena fe; es
decir, personas que siempre pagaron puntualmente y solo dejaron de hacerlo
cuando se vieron en la asfixiante disyuntiva de pagar el recibo de suministro
eléctrico o dar de comer a sus hijos.
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