En la mente de un candidato a la presidencia de Gobierno de cualquier
país del mundo solo hay una pregunta: “¿qué quieren estos pringaos que les
prometa?”… Pensemos en el Nobel de la Paz Obama: “¿queréis que cierre
Guantánamo?, pues yo prometo (deslumbrante sonrisa) que voy a cerrar
Guantánamo a los diez minutos de llegar a La Casa Blanca”… Ahí sigue Guantánamo, lleno hombres
torturados minuciosamente, mientras que la sonrisa de Obama se estudia en todos
los cursos de liderazgo político.
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