Cuando observo a un político defender
su candidatura, siempre me planteo esta situación hipotética: Si esta persona y
yo conversáramos, sin testigos, ¿trataría de imponerme
sus principios políticos o se limitaría a exponérmelos amablemente? ¿Escucharía
realmente mis puntos de vista? Y a continuación le doy una vuelta de tuerca a
la hipótesis: ¿cómo se comportaría si hubiera testigos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario