jueves, 29 de enero de 2015

El político sabe que ha de ganarse a la masa, antojadiza hasta el delirio, (él la llama Pueblo cuando es su masa); ¿y qué mejor manera de ganarse a la masa que hacerla reír? Entonces, el político se convierte en bufón, rastrero y demagogo; sobre todo, en campaña electoral. En ello está.

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