Acabo de llegar de la manifestación contra los criminales recortes del
gobierno del PP. Ha habido mucha gente, no tanta como se esperaría en un país
con una situación tan desesperada para tantas familias, con más del 50% de paro
juvenil, pero la asistencia ha sido
mayor que en la manifestación anterior. Al llegar a la puerta de la sede del
PP, nos hemos encontrado con que estaba protegida por cinco miembros del Cuerpo
Nacional de Policía. Lo primero que resulta indignante es el concepto que tiene
el PP de la ciudadanía: lo considera una marabunta sin civilizar, que quemará la
sede de su partido, o algo por el
estilo, si ésta carece de protección. Una insultante concepción de la
ciudadanía: el bárbaro cree que todos somos como él. Lo segundo que me indigna
es que los policías llevaban tapada la cara. ¿Por qué se tapan la cara unos funcionarios
públicos? Imaginemos que en la Agencia Tributaria, o en la Seguridad Social,
atendieran con la cara tapada, ¿no resultaría ridículo? ¿Acaso los policías sienten
vergüenza? ¿Y por qué no se niegan a proteger a los grandes delincuentes? Por lo
demás, al final, los organizadores han pedido a los participantes que, la
próxima vez, llevemos a una persona con nosotros, así seremos el doble. Ojalá.
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