sábado, 23 de febrero de 2013



Acabo de llegar de la manifestación contra los criminales recortes del gobierno del PP. Ha habido mucha gente, no tanta como se esperaría en un país con una situación tan desesperada para tantas familias, con más del 50% de paro juvenil, pero la asistencia ha sido mayor que en la manifestación anterior. Al llegar a la puerta de la sede del PP, nos hemos encontrado con que estaba protegida por cinco miembros del Cuerpo Nacional de Policía. Lo primero que resulta indignante es el concepto que tiene el PP de la ciudadanía: lo considera una marabunta sin civilizar, que quemará la sede de su partido, o algo por el estilo, si ésta carece de protección. Una insultante concepción de la ciudadanía: el bárbaro cree que todos somos como él. Lo segundo que me indigna es que los policías llevaban tapada la cara. ¿Por qué se tapan la cara unos funcionarios públicos? Imaginemos que en la Agencia Tributaria, o en la Seguridad Social, atendieran con la cara tapada, ¿no resultaría ridículo? ¿Acaso los policías sienten vergüenza? ¿Y por qué no se niegan a proteger a los grandes delincuentes? Por lo demás, al final, los organizadores han pedido a los participantes que, la próxima vez, llevemos a una persona con nosotros, así seremos el doble. Ojalá.

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