sábado, 20 de julio de 2013

Acabo de ver una foto de la hija de Cristina Fernández de Kirchner. ¡Qué fea, coño! Es un cruce entre perrita faldera y cacatúa. Si algún día es elegida presidenta, los argentinos tendrán que dedicar las mitad del PIB a pagarle operaciones de cirugía estética.

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