viernes, 11 de octubre de 2013

Las beneméritas, gloriosas, luchas obreras de finales del siglo XIX, cuyas conquistas estamos consintiendo que se carguen a marchas forzadas, no pueden utilizarse para justificar con una indecencia infinita comportamientos delictivos que tienen tanta relación con el sindicalismo como yo con los conventos de clausura. Si es verdad que han malversado dinero público, talego con ellos, sin miramientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario