Con la que está cayendo resulta que es digno de mención el abrazo que
se dan dos hombres que representan a una organización antidemocrática, misógina,
homófoba, tolerante cuando no tiene más
remedio, intolerante y apegada al poder despótico siempre que ha podido, y ha
podido muchas veces, como en España. ¿Cambia alguno de estos aspectos
esenciales de la Iglesia Católica el hecho de que uno de estos hombres haya
oficiado una misa para el personal de mantenimiento del Vaticano? ¿O que haya declarado,
rodeado de guardaespaldas, que la Iglesia tiene que acercarse a los pobres? ¿Es
que nos hemos vuelto locos? ¿Qué nos está pasando para dejarnos manipular de
forma tan indecente?
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