Recuerdo que cuando nosotros salíamos de marcha, no teníamos como fin
emborracharnos lo antes posible; recuerdo que nuestro fin era compartir carcajadas,
pero sin consentir que el alcohol pasara de acompañante a tirano. Y claro que
muchas veces acabábamos borrachos, muchísimas, pero salíamos a divertirnos, no a
emborracharnos, que no es los mismo, ni mucho menos.
"Las palabras son como las monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una". Francisco de Quevedo
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