viernes, 19 de abril de 2013


Ayer, el programa En Portada emitió un estupendo reportaje sobre la Guerra de Vietnam. Me encantó. Qué lástima que estos programas los emitan tan tarde. Mucha gente no los ve porque tiene que madrugar al día siguiente para ir a su alienante trabajo. Qué triste.
En la Guerra de Vietnam se acreditaron más de 2.000 periodistas. Fue la primera guerra cubierta por la televisión en tiempo real. El gobierno de Estados Unidos pretendía mantener una base militar estratégica en Indochina: esta es la verdadera razón de esa guerra. Mantener su hegemonía económica y militar en todo el planeta es el fin de todos los gobiernos estadounidenses. Otra cosa es lo que cuentan. En el caso de la guerra de Vietnam alegaron que Vietnam del Sur (una democracia acrisolada) sería atacada por su vecino comunista Vietnam del Norte si nadie lo impedía, y eso Estados Unidos no lo podía permitir. ¡Faltaría más! (Ya sabemos la larga tradición estadounidense de ayuda a los más débiles que luchan contra el comunismo). En esta guerra se emplearon gran cantidad de armas químicas, que devastaron la naturaleza de la zona (las consecuencias aún pueden apreciarse hoy en día). El ejército estadounidense, que perdió más de 50.000 soldados, arrasó aldeas enteras con miles de civiles indefensos. En Estados Unidos surgieron una serie de movimientos sociales que mostraron su más enérgica protesta contra una guerra imperialista, estúpida y soberbia, emprendida contra un pueblo tercermundista.
El gobierno de Estados Unidos sacó una demoledora conclusión de la Guerra de Vietnam: el peor enemigo del ejército estadounidense  es un periodista dispuesto a contar la verdad. Contra este tipo de profesional se pueden adoptar dos medidas: silenciar sus crónicas o suprimirlo físicamente. En todas las guerras posteriores las distintas administraciones estadounidenses han puesto en práctica las medidas necesarias para silenciar la información periodística que pudiera perjudicar sus intereses. Y cuando esas medidas no han sido suficientes, no han dudado en ordenar el asesinato del periodista con vocación de contar al mundo la verdad de los hechos. Qué se lo pregunten a José Couso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario