viernes, 19 de abril de 2013


Tampoco desayunó esa mañana. Mientras escuchaba a la profesora hablar de no sé qué derechos de los menores, reconocidos en una cosa llamada Constitución española, sintió un mareo y se cayó al suelo. Cuando su madre vino a recogerlo reconoció que, desde hacía tiempo, más que dificultades, estaban sufriendo imposibilidades manifiestas. Al niño ya le han asignado un psicólogo.

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