miércoles, 17 de abril de 2013


Una de las características de los años de gobierno de Thatcher fue la liberalización económica y la desregulación política. Es decir, el estado no interviene para poner coto a los desmanes del capitalismo, de tal forma que la sociedad se convierte en una jungla, donde los más débiles (trabajadores) quedan a merced de banqueros y empresarios sin escrúpulos. Esto es lo que gusta a los neoliberales: el estado solo debe intervenir para rescatar al capitalismo del fango provocado por sus propios disparates económicos criminales. Una vez que dicho rescate se produce, el estado debe desaparecer de la escena política. De ahí que haya sido tan criticada la decisión adoptada por el gobierno de la Junta de Andalucía conducente a paliar la indecente situación de que haya pisos vacíos y familias en la calle. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario