Si te echan de tu casa a la puta calle estamos ante una muestra de que la justicia
funciona, la justicia que antepone la propiedad a las personas, pero ir a la casa de quien ha sido
cómplice de que te echen de la tuya a gritarle en la cara que es un canalla es “nazismo puro”. Ignoran que no se puede parar lo que es imparable. Al menos, durante mucho tiempo.
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