Hemos perdido a un gran hombre: José Luis Sampedro. Humanista de
verdad, de los que siempre piensan por, y para, la dignidad del ser humano. Un
pensador sensato, insobornable en sus postulados, un intelectual de mirada
limpia frente a la catástrofe provocada por las canalladas del neoliberalismo. Un
ejemplo a seguir para cualquier persona que no haya decidido rendirse a la
dictadura del dinero, un señor en un país gobernado por golfos, un hombre
íntegro en un país cada vez menos integrador. España está hoy un
poco más desvalida por la pérdida de Sampedro. Descanse en paz. Y gracias.
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