Todo lo hacéis por escapar de la monotonía.
Primero os casasteis; después vino el nene;
luego, la nena; por último, el perrito;
pero la rutina regresa siempre,
pero la rutina regresa siempre,
insolente y sombría.
Ahora, por lógica, solo os queda el divorcio,
porque para el amor ya es tarde.
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