Ay, todos esos malditos momentos en los que no quepo dentro de mí, y necesito
escapar a otro cuerpo, a otra mente, a otro mundo. Desesperado, quiero salir de mí mismo a un lugar más habitable, en donde
poder decirme con una nueva voz, plena de ricos matices, pero no lo consigo. Y me
desgarro inútilmente, intentando huir de mí, preso de mí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario