domingo, 15 de septiembre de 2013

Somos lo que creemos y cómo lo defendemos… Releyendo el Quijote llego a un capítulo en el cual un canónigo se asombra de que un hombre de tan “bonísimo entendimiento” como es Alonso Quijano se haya dejado embaucar hasta la locura por las patrañas contadas en los libros de caballería. Don Quijote contesta ensalzando por igual las hazañas de personajes históricos reales y de personajes caballerescos literarios, mezclándolas astutamente. Con esta respuesta genial nos da una gran lección: lo importante es que la historia narrada por el escritor sea atractiva al lector, transportándolo a un mundo fascinante, independientemente de que dicha historia sea verdadera o falsa. Efectivamente, tanto la narración de las heroicas hazañas de Gonzalo Fernández de Córdoba como las aventuras narradas en Amadís de Gaula coinciden en su fascinante atractivo, independientemente de que unas traten del “Gran Capitán”, personaje histórico documentado, y las tratadas en el Amadis sean ficción literaria únicamente. Una vez le preguntaron a un genio: “¿Puede decirme cuál es su personaje histórico favorito?” “Alonso Quijano”, respondió sonriente. Pues eso.

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