MONEDAS DE PLATA
Se sucedían las
noches, luminosas, plenas.
Yo fundía monedas de
plata, ardía en acogedoras
madrugadas, y no
miraba atrás, ni reparaba en el mañana…
Nena, no lo estropees,
no vuelvas a decirme que me amas.
Tan solo abrázame sin
tregua, puta mía,
mientras sube la marea.
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