Qué molesto se ha sentido el funcionario que me ha atendido esta mañana
cuando, por determinadas circunstancias, se ha visto obligado a realizar una livianísima
tarea administrativa (que, por cierto, ha demostrado saber hacer perfectamente),
pero, ¡ay, qué lástima!, “es que este asunto no es de mi competencia, ¿sabe
usted?”. Estábamos él y yo solos, aclaro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario