Siempre dispuesta a participar en tertulias de “famosos porque yo lo
valgo” como catedrática del chismorreo y doctorada en braguetas futbolísticas,
has relatado con descaro la vertiginosa biografía de tu incandescente sonrisa
vertical en los platós de varias televisiones, sus imaginativas proezas, su
afán de superación…Nos has apedreado con eso que tú llamas tu sencilla forma de
ser; nosotros, maneras de arriero en tacones. Y ahora, piensas, ha llegado tu
minuto de gloria (vas a dar el campanazo) cuando cuentes que, por fin, has
abierto un libro: Caperucita roja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario