martes, 11 de junio de 2013


En la sala de espera hay un cartel: SE RUEGA GUARDEN SILENCIO. La sala está repleta de pacientes que esperamos para que nos atiendan en las consultas de alergología. El escándalo es tal (no he podido leer ni una sola página del libro que llevo conmigo), que el vigilante jurado ha entrado y nos ha exigido que nos callemos de inmediato. Qué triste, pienso, siempre necesitamos un guardia para comportarnos como es debido. 

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