Le digo algo a la farmacéutica, pero me contesta a los treinta
segundos, segundo más, segundo menos: “Perdona, Ginés, es que yo siempre me
entero de las cosas con retraso”. Y entonces yo me pregunto. “¿Cuántos orgasmos
tiene pendientes de disfrutar esta
mujer? Si es que tiene pendiente alguno, claro está”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario