“¿Me tomo un café o espero un poco, a ver si me llaman de una vez? Espero
un poco, no vaya a ser que me llamen justamente cuando vaya a tomarme el café… ¿Me
tomo un café o espero un poco, a ver si me llaman de una puñetera vez? Espero un poco, no vaya a ser que me llamen
justamente cuando vaya a tomarme el café… ¿Me tomo un café o espero un poco, a
ver si me llaman de una puta vez? Espero un poco, no vaya a ser que me llamen
justamente cuando vaya a tomarme el café”. Así durante una hora larga… “Venga,
voy a por ese café.”, me decido. Pero (ya me lo temía yo) justo en el momento
en que voy a introducir la moneda en la máquina, un compañero me grita: “¡Ginés,
te llaman de la consulta!
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